TU DIEZ EN LA VIDA

TU DIEZ EN LA VIDA

Hace tiempo platicando con el excelente entrenador de gimnasia Vera Karoli me comentó que la mayoría de los deportistas y de la gente confunde los límites de su visión con los límites del deporte y de la vida. Sólo unos pocos no. "Unete a ellos". Una excelente idea. La vida que estás viviendo en este instante no es forzosamente la vida que tendrás que vivir. Probablemente estés viendo las cosas a través de los ojos de tus miedos, limitaciones y falsas esperanzas. Una vez que limpes el cristal de la ventana através del cual contemplas el mundo ¿sabes qué pasará? Pues que aparecerá todo un nuevo mundo de posibilidades. Recuerda: vemos el mundo no como es, sino como somos. Esta idea cambió mi vida, cuando yo era un estudiante de licenciatura que buscaba vivir mejor.

Antes de 1976 s creía que ninguna gimnasta podría llegar a calificar un ejercicio o rutina con un diez. Pero despúes de que una chamaquita Nadia Comanechi lo lograra, muchas gimnastas repitieron esa azaña en cuestión de las próxima competencias. ¿Porque? porque Nadia demostró al mundo que un diez en rutinas de gimnasia era posible. Las otras chicas tuvieron un nuevo punto de referencia y, armadas con ese conocimiento, se hizo posible lo imposible.

¿Dónde no se ha calificado con un diez en tu vida? ¿Qué tareas en tu vida o deporte has dado por imposibles? ¿Qué falsas creencias estás haciendo respecto a lo que no puedes hacer o tener? Tu pensamiento determina tu realidad. Lo que tú crees se convierte en una profecía que se cumple irreversiblemente (porque aquello que crees es lo que determina tus acciones y nunca se procede en contra de como se piensa.

La grandeza de tu vida es sólo un reflejo de la grandeza de tus pensamientos. Si crees que algo en tu vida no puede ocurrir, entonces no hay forma de que puedas emprender las acciones necesarias para transformar ese objetivo en realidad. Tu pensamiento de imposibilidad se manifiesta por sí sólo. Las limitaciones que percibimos de nosotros mismos se convierten en cadenas que nos atan e impiden alcancemos la plenitud a la que estamos destinados. Pero somos mejores que todo eso. Mi profeso y exarbitro internacional Arturo Yamasaki lo expresó magníficamente: "No existe un ser humano normal por eso estamos destinados a hacer cosas fuera de lo normal".