Filosofía sin cancha: El rol de Imanol Ibarrondo en la Selección Mexicana y la crítica de Javier Aguirre
En
el complejo entramado del fútbol moderno, los equipos nacionales buscan
constantemente herramientas para optimizar el rendimiento colectivo, incluyendo
el apoyo de expertos en psicología, liderazgo y cultura organizacional. En este
contexto, el nombre de Imanol Ibarrondo ha resonado con fuerza en el
entorno de la Selección Mexicana de Fútbol, no como preparador físico ni
como psicólogo del deporte, sino como asesor filosófico y de liderazgo.
Su presencia, sin embargo, ha despertado polémica, especialmente después del
contundente comentario del exdirector técnico Javier Aguirre posterior al
partido contra Suiza: “En la Selección no puede haber gente sin carácter, que
se venga abajo tras un gol recibido” (ESPN, 2024). Esta frase, aparentemente
dirigida a quienes no poseen las herramientas mentales adecuadas para sostener
el alto rendimiento, encierra también una crítica velada a figuras como
Ibarrondo, que sin formación específica en psicología deportiva, ejercen
influencia sobre un equipo que compite en el más alto nivel.
Imanol
Ibarrondo se presenta como un coach de liderazgo transformacional, con
experiencia en el ámbito empresarial y deportivo, pero desde una perspectiva
filosófica y motivacional. Su discurso se inspira en autores como Jorge
Valdano, quien también transita entre el fútbol y la reflexión humanista,
pero con la diferencia de haber sido jugador y técnico de elite. Ibarrondo, por
el contrario, ha construido su figura más desde la retórica que desde la
experiencia directa en la alta competencia futbolística. Su enfoque se basa en
el autoconocimiento, la empatía, la vulnerabilidad como fortaleza y la creación
de entornos de confianza (Ibarrondo, La primera vez que me metí en un
vestuario, 2022), ideas poderosas pero también difíciles de aplicar sin
el rigor metodológico que exige el deporte de alto rendimiento.
La
crítica de Aguirre apunta a un problema de fondo: la falta de preparación profesional
en psicología del deporte por parte de quienes influyen en la mente de los
futbolistas. Un gol en contra no solo es un evento del marcador, es un golpe
emocional y mental. Reaccionar con fortaleza ante la adversidad requiere
habilidades entrenables, desarrolladas con base en evidencia científica,
protocolos clínicos, y años de formación profesional. Según el Colegio
Oficial de Psicólogos del Deporte en España, el trabajo del psicólogo deportivo
incluye la preparación mental bajo presión, el control emocional, la
concentración y la motivación específica para la competencia (COLEF, 2021). No
basta con hablar de resiliencia o repetir frases inspiradoras. El fútbol de
élite necesita profesionales de la mente entrenados específicamente para el
entorno competitivo, no solo filósofos del balón.
Desde
esta perspectiva, se abre una reflexión necesaria sobre la
profesionalización del apoyo mental en los equipos nacionales. Ibarrondo
puede ofrecer una visión interesante, incluso necesaria en algunos procesos de
acompañamiento institucional, pero no puede ni debe ocupar el lugar del
psicólogo deportivol que trabaja con herramientas evaluadas y adaptadas al alto
rendimiento. La presencia de figuras como él puede tener valor en procesos
organizacionales o en clubes con más tiempo de desarrollo, pero en torneos
cortos, como una Copa del Mundo o la Copa Oro, se necesita impacto
inmediato, precisión diagnóstica y entrenamiento mental dirigido a la acción
competitiva, no a la contemplación filosófica.
Por
otro lado, el perfil de Ibarrondo parece responder a una moda: el uso del
fútbol como metáfora de la vida, y viceversa, para construir discursos
aplicables al liderazgo empresarial. Esta corriente ha sido ampliamente
explotada en conferencias, libros y consultorías (Valdano, Los 11 poderes
del líder, 2010), y si bien tiene mérito en ciertos contextos, su
efectividad en el vestidor, frente a jugadores que deben ejecutar con presión y
urgencia, es cuestionable.
En
conclusión, el fútbol mexicano necesita sumar talentos interdisciplinarios,
pero con la preparación específica y validada en el entorno de competencia
deportiva. La crítica de Javier Aguirre es más que una opinión: es un
llamado a revisar la estructura de apoyo mental en la Selección Nacional.
Personas como Imanol Ibarrondo pueden sumar si su rol es claro, complementario
y no sustituye al del especialista. La excelencia en el fútbol no se improvisa,
y la mente de un equipo no puede estar en manos de ideas bienintencionadas pero
ajenas a la ciencia del rendimiento.
Fuentes:
- ESPN
Deportes (2024). Javier Aguirre critica falta de carácter en la
Selección Mexicana.
- Ibarrondo,
I. (2022). La primera vez que me metí en un vestuario. Conferencia
TEDx Donostia.
- Valdano,
J. (2010). Los 11 poderes del líder. Editorial Conecta.
- COLEF
(2021). Funciones del Psicólogo del Deporte. Consejo General de la
Psicología de España.
0 comentarios:
Publicar un comentario