jueves, 22 de mayo de 2025

El Juego Mental de la Remontada: Trabajo Psicológico de Leones Negros en la Final de Ascenso

En el fútbol moderno, donde las diferencias físicas y tácticas son mínimas, la dimensión mental se convierte en el factor determinante para alcanzar el éxito. En una final de ascenso, donde las emociones están a flor de piel, la mente de los jugadores es el verdadero campo de batalla. Leones Negros, al ir perdiendo 2-1 frente a Tampico en el marcador global, necesita más que motivación: requiere un trabajo psicológico estructurado, profundo y estratégico que permita la remontada no solo desde lo táctico, sino desde la convicción interna de cada futbolista.

Estar abajo en el marcador en una final genera ansiedad, desesperación y temor al fracaso. Por ello, el primer paso del trabajo psicológico debe centrarse en el control emocional. El equipo debe asumir la presión no como un peso, sino como una oportunidad histórica. Técnicas como la respiración diafragmática entre jugadas, anclajes mentales positivos y rutinas preestablecidas de concentración deben estar incorporadas en cada jugador.

Ejemplo: El arquero, figura clave en los momentos de tensión, puede practicar una rutina de enfoque previo a cada saque de puerta, visualizando una atajada decisiva como ancla de confianza, y reforzando verbalmente con un "yo controlo mis acciones".

La motivación que nace del deseo de ascenso debe ser transformada en una causa compartida. No se trata de "ganar por mí", sino de "subir juntos". El entrenador y el psicólogo deportivo deben encender la identidad colectiva del equipo, recordándoles el camino recorrido, las adversidades superadas y lo que representa vestir la camiseta universitaria.

Ejemplo: Una charla emocional antes del partido, proyectando imágenes del equipo cuando estuvo al borde de la eliminación y logró revertir la situación, acompañada de frases de líderes como "Este grupo ya sabe cómo hacer historia", puede elevar el compromiso emocional de cada jugador.

La visualización es una herramienta psicológica poderosa. Leones Negros debe ensayar mentalmente el partido ideal: los movimientos sincronizados, el gol del empate, el festejo de la remontada. Este entrenamiento mental programa al cerebro para anticipar el éxito, no el fracaso. Ejemplo: Durante las concentraciones previas, cada jugador puede cerrar los ojos por cinco minutos, visualizar cómo se perfila para el pase clave, cómo recibe con seguridad, cómo festeja con sus compañeros el 2-2 y luego el 2-3 Ese ensayo mental construye confianza y reduce la incertidumbre.

Una distracción puede costar el ascenso. El trabajo psicológico debe entrenar a los jugadores para no anticipar el resultado final ni lamentarse por el marcador adverso. El enfoque debe ser jugada por jugada, minuto a minuto. Se requiere fortalecer la atención-concentración con ejercicios de mindfulness adaptados al deporte. El capitán puede aplicar una técnica llamada "reset", tocándose una muñequera con un color especial para regresar al presente cada vez que detecte pensamientos negativos o exceso de futuro en sus compañeros.

El trabajo psicológico también debe identificar a los líderes silenciosos del equipo: aquellos que contagian energía, serenidad o rebeldía deportiva. No siempre el liderazgo recae en el más veterano; a veces, un joven con mentalidad fuerte puede convertirse en el motor emocional del grupo. Ejemplo: Si el lateral derecho es un jugador que nunca baja los brazos y tiene buena comunicación, se le puede encomendar la tarea de levantar emocionalmente a sus compañeros después de una falta no marcada o un error defensivo, con frases como “nos toca responder, no quejarnos”.

El marcador 2-1 a favor de Tampico no define la serie: define el reto mental que Leones Negros debe superar. La preparación psicológica de este equipo debe estar orientada a dominar las emociones, elevar la motivación grupal, construir confianza a través de la visualización, mantener la atención absoluta en cada instante y consolidar liderazgos que dirijan desde adentro. En el fútbol, como en la vida, no gana el que no cae, sino el que sabe levantarse. Y para levantarse, se necesita una mente entrenada para la excelencia.

 

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