VARIABLES EMOCIONALES EN EL FUTBOL
Ya revisamos anteriormente las técnicas y formas de trabajar mentalmente con los jugadores de fútbol, pero recordemos que también existen otros factores que afectan anímicamente a los futbolistas. La mayoría de los futbolistas preparados mentalmente rinden perfectamente; sin embargo, las siguientes variables pueden afectar desde el nivel anímico hasta toda la institución deportiva.
EXPERIENCIA DEPORTIVA
La experiencia por sí misma posibilita que el futbolista vaya logrando la autorregulación de sus estados emocionales.
Por supuesto l futbolista experimentado puede ser ayudado a aprender estos recursos y la mayoría d los futbolistas que sobresalen van logrando un cierto nivel de dominio emocional (por eso mismo sobresalen).
En esto radica en parte la importancia de las competiciones de preparación que todo entrenador experimentado planifica con la abundancia que sus recursos le permiten y que son un insustituible medio de preparación psicológica al alcance de todos.
EL NIVEL DE MOTIVACIÓN
Nunca es posible decir que algo se quiere demasiado, en tanto se tengan las condiciones físicas y técnicas para lograrlo y el propio jugador esté convencido de ello. Lo que es necesario prevenir es la falta de interés por conseguir un triunfo, o la sobre valoración.
En muchos casos la perdida de motivación implica un conflicto de motivos; el futbolista puede interesarse más en su vida familiar, sus estudios o su trabajo, o presenta dificultades en estas áreas que no le permiten alentar su deseo deportivo.
En planteamiento de objetivos es una cosa importante a realizar con relación a la motivación.
El planteamiento y establecimiento de objetivos ha sido un tema bastante investigado con resultados palpables y favorables.
En cuanto a la utilidad del planteamiento de objetivos y el incremento del rendimiento s puede señalara que:
- La meta dirige la atención y la acción del jugador a los aspectos más importantes de la tarea.
- Las metas ayudan al futbolista a movilizar su esfuerzo.
- Las metas no solo incrementan el esfuerzo inmediato, sino que ayudan a prolongar el esfuerzo.
Todo lo anterior refleja el valor motivaciónal del planteamiento de objetivo.
En cuanto a las características de las metas deportivas deben ser de ejecución y no las que se centran en las consecuencias (ganar o perder), pues éstas permiten su control por parte del propio atleta.
El objetivo planteado al futbolista no puede ser analizado con independencia de sus posibilidades reales.
Podemos resumir los resultados logrados en el estudio de la indulgencia de los objetivos:
· Los objetivos difíciles y específicos de alcanzar conducen a un mejor rendimiento que los vagos y fáciles de conseguir
· Los objetivos a corto plazo facilitan la consecución de los de más largo plazo
· Los objetivos modifican el rendimiento influyendo en el esfuerzo, la persistencia, la dirección de la atención y motivando el desarrollo de estrategias.
· Retroalimentación respecto al progreso logrado.
· Asumir siempre los objetivos.
Según la descripción del estado competitivo el futbolista goza con lo que hace, esto solo es posible cuando la actividad llena de riesgos y situaciones problemáticas, posee en sí misma un inmenso atractivo.
Al parecer la práctica del deporte influye en la actitud de la persona hacia sí mismo, respecto a su posición y potencia propia, lo cual no depende directamente de que se encuentre en una mejora física.
La lección para el entrenamiento deportivo es clara: el futbolista debe ser llevado a realizar esfuerzos crecientes de forma gradual, hasta tener las posibilidades biológicas y la autovaloración de sus posibilidades que le permitan la superación de las mismas dificultades.
ACTITUDES MODULADORAS DE LA PERCEPCIÓN DE LA ACTIVIAD
Es importante percatarse de que el mantenimiento de ciertas actitudes auto programan al hombre para percibir la realidad de cierta manera. Si el jugador por ejemplo, está convencido de su mala suerte encontrará en casi cualquier hecho la manifestación de ésta. Eso traerá como consecuencia una forma errónea de asumir los retos que la vida plantea y nuevos fracasos que confirmarán sus creencias y las fortalecerán llevándolas a un círculo vicioso.
En nuestro criterio hay cinco actitudes básicas que modifican la percepción de la actividad:
· Respecto a la victoria o la derrota: Si la meta prioritaria de un deportista es vencer a costa de cualquier circunstancia y a toda costa, está perdido desde el punto de vista emocional, pues no está motivado por el propio proceso de la actividad deportiva, que es anterior a cualquier resultado y es precisamente lo que lleva a el.
· Respecto a los errores: las equivocaciones forman parte del proceso de la actividad y una ocasión magnifica para aprender. El futbolista obsesionado por un error sale del aquí y el ahora de la competencia; vive desde el pasado inmediato anterior y pierde el control de sus acciones.
· Respecto al autocontrol: entirse algo nervioso antes de un partido no es un pecado ni un síntoma de cobardía, es un estado completamente normal de la personalidad. Pero si se trata de frenarlo o negarlo mediante el esfuerzo voluntario sobre él, puede convertirse en un factor de desorganización de la actuación deportiva.
· Respecto al entrenamiento: El entrenamiento es el factor primordial para una buena preparación atlética, pero su sistematización y calidad no están dadas sólo por una adecuada dosificación acorde con las posibilidades de los deportistas, la alimentación y la salud física, si no que depende en gran medida de la forma en que asumido por el futbolista.
· Actitudes hacia los compañeros de equipo y entrenador: la actitud hacia el clima social o hacia alguno de sus componentes que lo genera, puede manifestarse tanto en el entrenamiento como en la competencia potenciando o restando el resultado. Es por ello que no los agrupamos como actitudes hacia el entrenamiento pues su alcance es más general y, por otra parte, no es un producto personal sino social.
MONOTONIA Y FATIGA
La monotonía requiere para su comprensión una variación constante de la actividad, lo que no implica necesariamente la dimensión de la carga.
EL ESTADO PSICOLÓGICO DEL EQUIPO DPORTIVO
El entrenador necesita de la relación formal, y también de la informal para propiciar una buena comunicación. Las excursiones, reuniones informales, fiestas, visitas a determinados lugares de interés común, y contribuya a la interrelación y que propicie la comunicación de tenerse en cuenta que la comunicación con cada jugador es modulada especialmente por las redes de comunicación que establece equipo y entrenador, y sobre todo, por las que establecen los propios jugadores.
LA PREPARACIÓN DEPORTIVA
El planeamiento adecuado de los ciclos de entrenamiento da precisión de sus objetivos, la correcta precisión de las cargas, el control periódico de su asimilación y la disciplina cotidiana son factores sin cuya presencia es imposible siquiera plantear la preparación psicológica.
EXPERIENCIA DEPORTIVA
La experiencia por sí misma posibilita que el futbolista vaya logrando la autorregulación de sus estados emocionales.
Por supuesto l futbolista experimentado puede ser ayudado a aprender estos recursos y la mayoría d los futbolistas que sobresalen van logrando un cierto nivel de dominio emocional (por eso mismo sobresalen).
En esto radica en parte la importancia de las competiciones de preparación que todo entrenador experimentado planifica con la abundancia que sus recursos le permiten y que son un insustituible medio de preparación psicológica al alcance de todos.
EL NIVEL DE MOTIVACIÓN
Nunca es posible decir que algo se quiere demasiado, en tanto se tengan las condiciones físicas y técnicas para lograrlo y el propio jugador esté convencido de ello. Lo que es necesario prevenir es la falta de interés por conseguir un triunfo, o la sobre valoración.
En muchos casos la perdida de motivación implica un conflicto de motivos; el futbolista puede interesarse más en su vida familiar, sus estudios o su trabajo, o presenta dificultades en estas áreas que no le permiten alentar su deseo deportivo.
En planteamiento de objetivos es una cosa importante a realizar con relación a la motivación.
El planteamiento y establecimiento de objetivos ha sido un tema bastante investigado con resultados palpables y favorables.
En cuanto a la utilidad del planteamiento de objetivos y el incremento del rendimiento s puede señalara que:
- La meta dirige la atención y la acción del jugador a los aspectos más importantes de la tarea.
- Las metas ayudan al futbolista a movilizar su esfuerzo.
- Las metas no solo incrementan el esfuerzo inmediato, sino que ayudan a prolongar el esfuerzo.
Todo lo anterior refleja el valor motivaciónal del planteamiento de objetivo.
En cuanto a las características de las metas deportivas deben ser de ejecución y no las que se centran en las consecuencias (ganar o perder), pues éstas permiten su control por parte del propio atleta.
El objetivo planteado al futbolista no puede ser analizado con independencia de sus posibilidades reales.
Podemos resumir los resultados logrados en el estudio de la indulgencia de los objetivos:
· Los objetivos difíciles y específicos de alcanzar conducen a un mejor rendimiento que los vagos y fáciles de conseguir
· Los objetivos a corto plazo facilitan la consecución de los de más largo plazo
· Los objetivos modifican el rendimiento influyendo en el esfuerzo, la persistencia, la dirección de la atención y motivando el desarrollo de estrategias.
· Retroalimentación respecto al progreso logrado.
· Asumir siempre los objetivos.
Según la descripción del estado competitivo el futbolista goza con lo que hace, esto solo es posible cuando la actividad llena de riesgos y situaciones problemáticas, posee en sí misma un inmenso atractivo.
Al parecer la práctica del deporte influye en la actitud de la persona hacia sí mismo, respecto a su posición y potencia propia, lo cual no depende directamente de que se encuentre en una mejora física.
La lección para el entrenamiento deportivo es clara: el futbolista debe ser llevado a realizar esfuerzos crecientes de forma gradual, hasta tener las posibilidades biológicas y la autovaloración de sus posibilidades que le permitan la superación de las mismas dificultades.
ACTITUDES MODULADORAS DE LA PERCEPCIÓN DE LA ACTIVIAD
Es importante percatarse de que el mantenimiento de ciertas actitudes auto programan al hombre para percibir la realidad de cierta manera. Si el jugador por ejemplo, está convencido de su mala suerte encontrará en casi cualquier hecho la manifestación de ésta. Eso traerá como consecuencia una forma errónea de asumir los retos que la vida plantea y nuevos fracasos que confirmarán sus creencias y las fortalecerán llevándolas a un círculo vicioso.
En nuestro criterio hay cinco actitudes básicas que modifican la percepción de la actividad:
· Respecto a la victoria o la derrota: Si la meta prioritaria de un deportista es vencer a costa de cualquier circunstancia y a toda costa, está perdido desde el punto de vista emocional, pues no está motivado por el propio proceso de la actividad deportiva, que es anterior a cualquier resultado y es precisamente lo que lleva a el.
· Respecto a los errores: las equivocaciones forman parte del proceso de la actividad y una ocasión magnifica para aprender. El futbolista obsesionado por un error sale del aquí y el ahora de la competencia; vive desde el pasado inmediato anterior y pierde el control de sus acciones.
· Respecto al autocontrol: entirse algo nervioso antes de un partido no es un pecado ni un síntoma de cobardía, es un estado completamente normal de la personalidad. Pero si se trata de frenarlo o negarlo mediante el esfuerzo voluntario sobre él, puede convertirse en un factor de desorganización de la actuación deportiva.
· Respecto al entrenamiento: El entrenamiento es el factor primordial para una buena preparación atlética, pero su sistematización y calidad no están dadas sólo por una adecuada dosificación acorde con las posibilidades de los deportistas, la alimentación y la salud física, si no que depende en gran medida de la forma en que asumido por el futbolista.
· Actitudes hacia los compañeros de equipo y entrenador: la actitud hacia el clima social o hacia alguno de sus componentes que lo genera, puede manifestarse tanto en el entrenamiento como en la competencia potenciando o restando el resultado. Es por ello que no los agrupamos como actitudes hacia el entrenamiento pues su alcance es más general y, por otra parte, no es un producto personal sino social.
MONOTONIA Y FATIGA
La monotonía requiere para su comprensión una variación constante de la actividad, lo que no implica necesariamente la dimensión de la carga.
EL ESTADO PSICOLÓGICO DEL EQUIPO DPORTIVO
El entrenador necesita de la relación formal, y también de la informal para propiciar una buena comunicación. Las excursiones, reuniones informales, fiestas, visitas a determinados lugares de interés común, y contribuya a la interrelación y que propicie la comunicación de tenerse en cuenta que la comunicación con cada jugador es modulada especialmente por las redes de comunicación que establece equipo y entrenador, y sobre todo, por las que establecen los propios jugadores.
LA PREPARACIÓN DEPORTIVA
El planeamiento adecuado de los ciclos de entrenamiento da precisión de sus objetivos, la correcta precisión de las cargas, el control periódico de su asimilación y la disciplina cotidiana son factores sin cuya presencia es imposible siquiera plantear la preparación psicológica.
0 comentarios:
Publicar un comentario