En el medio deportivo existe entrenadores, atletas y
aficionados que creen que hay algo malo en perseguir el éxito. Hay demasiada
gente que desprecia los logros deportivos y laborales. Hay demasiada gente que
se burla de los atletas o entrenadores emprendedores que establecen sus
objetivos y se entregan a hacerlos realidad. Ultimamente he oído mucho la idea
de que si se persigue el éxito es que no interesa marcar una diferencia y ser
significativo en el aspecto humano. Es casi como si ser emprendedor fuera
incompatible con la humanidad, socialmente consciente y comprometido con la
familia o seres queridos y una buena persona. ¡Qué tontería!
He aquí que este tema verse sobre apostar más al éxito que a
la mediocridad, el éxito no es ir en contra de una vida significativa plena y
llena de humanidad. La esencia de la vida es estar en correspondencia entre los
objetivos profesionales y los objetivos humanos. Sin éxito, tengo la impresión
de que la mejor parte del humano, del deporte, del profesional se sentirá
vacía. Una de las cosas que nos hace ser humanos de alto rendimiento es el
deseo de hacer realidad nuestros sueños y vivir nuestra vida a plenitud. Hemos
sido creados para alcanzar la grandeza y los altos logros no son mas que el
reflejo de nuestra dedicación que se ha puesto en marcha. Cuantas mas cosas de
provecho hacemos, mas humanos estamos siendo y estamos poniendo en juego. El
éxito es un acto de arrojo, valentía y humanidad. Es también uno de los mejores
caminos para la realización personal llegando en compañía del aspecto humano.
He vivido y experimentado que pocas cosas caen tan bien como la sensación que
se tiene cuando llevo a cabo algo que vale la pena y que esta dentro de mis
objetivos. Hacer cosas importantes estimula a la felicidad. El éxito despierta
la alegría. Sin embargo el éxito por el éxito nos podrá hacer sentir que
estamos en un mundo vacio. El éxito por sí solo, sin que sea acompañado de una
contribución humana nos deja una sensación de vacío.
No existe nada negativo en ser un buscador de excelencia y en
dar los pasos necesarios para convertirse en alguien de éxito en el mundo. El
éxito no es otra cosa que el reflejo de una saludable autoestima. Pero mientras
persigas el éxito, te invito a que no te apartes del compromiso de elevar las
vidas que tocas y dejar a tu paso un mundo mejor que el que encontraste al
llegar. Esos son los elementos significativos y estoy seguro que con ambos
descubrirás tu vida plena en el deporte y en tus acciones diarias.
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